A los gobiernos no les gustan las víctimas (más pobres) del crimen
Por Pierre Lemieux, 8 de junio de 2023
Hay gobiernos ideales que algunos ideólogos creen que nacerán si sueñan con ellos lo suficiente; y hay gobiernos reales, donde los políticos y los burócratas responden a sus incentivos ordinarios. No todos los consumidores quieren comprar un automóvil de lujo a costa de renunciar a más de otras cosas. También deberíamos esperar que los consumidores pobres, ceteris paribus, compren más Kias y Hyundais de gama baja.
Para los amantes idealistas del poder del gobierno, podría (y debería) ser desconcertante por qué el gobierno de la ciudad de Nueva York y otros gobiernos municipales en los Estados Unidos están demandando al fabricante de estos autos porque son robados con mayor frecuencia ("Nueva York demanda a Hyundai y Kia sobre la 'explosión' de robos de automóviles", Financial Times, 7 de junio de 2023). La mudanza de la ciudad de Nueva York se produce después de "un acuerdo de demanda colectiva de consumidores de $ 200 millones el mes pasado", lo que significa que todos los miembros de la clase obtendrán una pequeña cantidad de dinero además de haberse beneficiado de un precio de compra bajo.
Los ladrones se sienten atraídos por las características antirrobo menos eficientes de estos autos económicos (que, según la compañía, aún cumplen con las regulaciones federales). Los propietarios victimizados pueden terminar pagando más en seguros, pero es su propio negocio y riesgo, al igual que lo es para aquellos que prefieren no comprar un Mercedes más sólido, más seguro y más caro.
Un coche con más funciones y aparatos es más caro. ¿No saben los economistas del gobierno ese simple hecho? ¿No pensaría uno que los gobiernos bienhechores deberían gastar su energía combatiendo a los ladrones de autos en lugar de penalizar a las víctimas pobres o ahorrativas del crimen ya sus proveedores? ¡Ojalá el gobierno federal fuera tan ahorrativo como los compradores de Kias y Hyundais económicos!
Está lejos de ser el único caso de gobiernos ficticios de Robin Hood que en realidad dañan a los pobres y les niegan la libertad de tomar sus propias decisiones. Parece difícil para los gobiernos aceptar que existen individuos más pobres que pagan exactamente lo que quieren dadas sus circunstancias.
Cualquier teoría política incapaz de explicar estas realidades es inútil, si no es mera propaganda.